El caracol se tomó su tiempo. Total, prisa no tenía por volver a casa. Se miró con un ojo la espalda y con el otro evaluó la distancia que aún le faltaba hasta la otra orilla de cemento.
Destacado
El IDEOGRAMA
En el folio cayó una gota de sangre que lo volvió, por contraste, aún más blanco. «La gota, limpia como un ideograma japonés, parecía tener, sobre el papel, cierto sentido…»