A RATOS, EN EL METRO

Cuando tenemos veinte años la madurez y la vejez parecen enfermedades que padecen otros, por sus malas costumbres.
No se puede no haber vivido lo que uno es.  Somos nuestras elecciones.
La  imaginación es la capacidad de ver el laberinto desde arriba, siendo el ratón.
La imaginación y la empatía crean a menudo activistas y revolucionarios.  Si añadimos ambición, se suele joder todo.

Espero  y deseo que el hombre y el dinosaurio tengan algo en común.

El dolor, como un mar, deja una playa serena cuando se retira, en donde todo lo cotidiano parece otra vez extraordinario.

Soy pesimista, pero estoy deseando rehabilitarme.
Nada me ensucia más que tener que amar a quien detesto.
Siento nostalgia de, por lo menos, cuatro vidas que no he vivido.
Me aturde saber la cantidad de estupideces que han defendido los sabios a lo largo de la historia.
No hay nada como un buen cáncer para apreciar el breve paréntesis durante el cual somos.
Hay gente genéticamente imposibilitada para la alegría.
Nada me alegra más que una derrota del poder: cualquier poder.
Creo sinceramente que somos animales la mayor parte del tiempo y sólo esporádicamente llegamos a ser humanos pensantes.  Sólo así se explicaría el comportamiento como especie que hemos tenido.
La Historia se repite, pero a pesar de saberlo, nunca la vemos venir.
Empiezo a sospechar que soy mortal; me lo temía hace ya tiempo, pero este último Jueves, me cayó la noticia como una bomba…
A la felicidad se llega por caminos sencillos, otra cosa es el éxito, ése requiere mucho más esfuerzo y no tiene nada que ver con la felicidad.
Michel Onfray sigue volviendo cada noche a dormir en su cama de orfanato.
No soy nada original, aunque habiendo nacido, estoy relacionada con al menos un origen.
Mi perra siente vértigo sobre cualquier suelo de mosaico. Lleva abismos pegados en las patas.
Publicar poemas en Facebook es como tocar un Stradivarius en los pasillos del metro, un esfuerzo inútil y blasfemo.
Hasta nuestras mentiras son verdades.
Amor es quedarse con el anciano de 96 años que no es nuestro padre y ayudarle a mear 18 veces cada noche.
La pareja es un talento para el que se necesita vocación.  La soledad también.
Un día se me cayó una palabra en el mar y después de años y años flotando a la deriva, se volvió olorosa como el ámbar gris.  Hoy, perfuma mis poemas cuando la uso.

 

Dormir y morir deberían ser la misma cosa, al menos una vez en la vida.
El hombre inventa dioses para castigarse a sí mismo de lo que no es culpable.

Un comentario Agrega el tuyo

  1. yo también estoy deseando rehabilitarme

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