(POR) HOY SUMAMOS 50

GRATIA PLENA
Imagen: S.Sue (detalle)
Hoy sumamos cincuenta. En lo que va de año. Cincuenta mujeres asesinadas a manos de sus parejas, (32.023 denuncias por malos tratos, sólo en el segundo trimestre del 2015).

Y ellos me dirán: ¿Qué tengo yo que ver con eso?

¿Hacen chistes machistas? ¿Ven en cada mujer un coño y unas tetas? Por supuesto excluyendo a su madre… ¿Juzgan a una política por cómo se viste y se arregla, por si es más o menos fea? ¿Se pasan por wasap chistes porno entre amigos que jamás enseñarían a sus hijas? ¿Esperan que sus hijas jamás sean protagonistas de los chistes porno que se envían sus amigos? ¿Temen al resto de los hombres cuando se trata de que “su” hija de 20 viaje sola? ¿Creen que las mujeres son “mandonas” cuando tienen carácter?¿Creen que los hombres tienen dotes de liderazgo cuando tienen carácter?¿Cualquier mujer mejor formada profesionalmente, se cree superior o está «mal follada»?

Sé que hay hombres que no hacen estos chistes ni ven las cosas así.  Vivo con uno.   Y supongo que hay hombres que no viven esa doble vida, respeto por la mujer en casa, desprecio y zafiedad con respecto al resto del género femenino.  Estos hombres, la excepción a la regla, tienen que luchar por un cambio entre sus compañeros de género.  El hombre tiene que convencer al hombre de que ese otro sexo (el femenino y no digamos ya transexuales o “neutros”…) es digno de respeto.

La violencia de género es un problema del hombre principalmente, que sufre la mujer.  Esa esquizofrenia que vive el sexo masculino tiene que desaparecer; ya es hora de diferenciarse de los pueblos que consideramos bárbaros, en los que la mujer es tratada como un ciudadano inferior o una propiedad.  No somos Afganistan, pero tampoco hemos dejado de serlo, valga la contradicción: queda un poso indigno en cada macho ibérico del talibán que fue su bisabuelo.

Sí, también hay que cambiar a la mujer.  También tiene responsabilidad cuando no rechaza este comportamiento categóricamente o cuando bromea ella misma, para acercarse al macho. Cuando le ríe los chistes, cuando hace como que no oye, cuando hace la vista gorda por que no es para tanto, cuando educa para disculparle los exabruptos al padre, al hermano, al novio.  La misoginia, como la xenofobia, tiene que combatirse por ambos bandos, el del ofensor y el de la víctima.  Una tiene que luchar por su dignidad y sus libertades, el otro tiene que luchar por romper la cadena que lo vuelve a convertir en torturador, como probablemente lo fue su padre y el padre de su padre. Y digo esto, porque es muy común que así sea, que el que pega, ha sido pegado en su infancia o presenció las vejaciones en su familia.

Han pasado varios días desde que empecé este artículo.  Ya son 60 mujeres muertas…
Probablemente la misoginia es un cáncer que se da a todos los niveles sociales y no digo que los chistes conviertan en asesinos y maltratadores a quien los hace; pero si soy un hombre y entro en este juego cotidiano, tontorrón y zafio, entre machos, estoy alimentando día a día la convicción de que toda mujer (que no sea la mía) puede definirse por el mismo patrón que utilizaría cualquiera al comprar una muñeca inflable; a saber: buenas tetas, buen culo, piernas largas y boca abierta para lo que sea menester.   Y al final, retorcerle la mano a una muñeca inflable no parece tan dramático; total, podemos comprar otra…

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Loam dice:

    Este es, a mi entender y con diferencia, la lacra social más grave y nauseabunda. En ella se resumen casi todas las demás, si es que no todas.

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